Fiesta de la Epifania

Todo el misterio de la Navidad es Epifanía, es decir manifestación del misterio de Dios que viene a nosotros tomando nuestra condición humana.

 La manifestación de los magos nos muestra que el Evangelio está abierto a todos los pueblos, que Jesus es al mismo tiempo la luz de las naciones y gloria de su pueblo Israel». Los magos por medio de la observación y del estudio de la Escritura, reconocen en él al rey de los judíos, pero también al rey de todas las naciones.

Es por tanto el día de la acción misionera de la Iglesia, llamada anunciar a todas las gentes, la luz que es Cristo. Así lo afirma Jesús en el Evangelio: «Alumbre vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo». Como María también nosotros nos preguntamos: ¿cómo será esto? Tenemos que estar abiertos como ella a Dios y a su designio de amor.

Algunos escritores antiguos hablan de Jesús como de un nuevo sol. Esto es, el centro del cosmos y de la historia, que por la muerte y resurrección recapitula en sí todas las cosas del cielo y de la tierra como él mismo afirma al aparecerse a los discípulos tras la resurrección: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18)

Es por eso por lo que el que cree en él, no pierde la esperanza a pesar de la guerra y la violencia, el egoísmo o la pretensión del hombre de convertirse en Dios.

La Iglesia también participa de ese señorío de Cristo de la que él es cabeza. Como nos recordaba el profeta Isaías en la primera lectura, esta luz que brilla llega a Jerusalén y a través de ella a todos los pueblos. La epifanía es una fiesta de la luz y el camino de los magos es el comienzo de una procesión que continua en la historia, es la peregrinación de la humanidad hacia Jesucristo, Dios con nosotros, que se nos muestra tanto en el pesebre como en la cruz y resucitado está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,20).

El Evangelio entiende así el camino de los magos, como un comienzo. Antes habían llegado los pastores, ahora se acercan también los más sabios. Vienen grandes y pequeños, reyes y siervos, hombres de todas las culturas y pueblos.

La carta a los efesios lo expresa del mismo modo: «que también los gentiles son coherederos» y el salmo: «te daré en herencia las naciones, en posesión los confines de la tierra».

Los magos van por delante en el camino de los pueblos hacia Cristo. Ellos que debían tener un corazón inquieto y en busca de la verdad.

Que también nosotros nos sintamos hoy buscadores de la verdad y del bien, del amor, la justicia y la paz y así lleguemos, como ellos hasta el pesebre, hasta Jesús.

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